Esta historia está basada en una historia real, donde sus protagonistas y los hechos son todos reales y ocurrieron todo tal y como se narra.
Todo comenzó cuando un servidor natural de un pueblecito minero perteneciente a la cuenca minera de Huelva – llamado Nerva, se marchó a la capital de provincia a estudiar electrónica, era la primera vez que salía de mi casa y me iba a vivir a un piso de estudiantes con mis mejores amigo, hablamos del curso 95-96, cerca de nuestro piso Vivian nuestras amigas de toda la vida, con las que habíamos compartido nuestra adolescencia y con las que manteníamos muy buena relación tal era la cosa que muchos noches cenábamos allí.
Una tarde del mes de abril mi compañero Oscar y yo nos fuimos al piso de las chicas a tomar un café y a pasar el rato, al llegar al piso nos encontramos al padre de Susana, el cual se llamaba Octavio, una persona grande tanto en cuerpo como en persona, en ese café mantuvimos una tertulia, y sin saber porque comenzamos hablar del golpe de estado del 23 de febrero de 1981.
Octavio nos contó la historia que esa noche del 23-F estando en el pueblo todos los simpatizantes de izquierda preocupados por lo que pudiese pasar, siendo de madrugada se personaron en su vivienda una pareja de la Guardia Civil formada por un Cabo 1º y Guardia Civil, al abrir la puerta Octavio cuenta que se quedó sorprendido al ver la pareja en la puerta de su casa preguntándole al Cabo 1º “que es lo que pasa”, a lo que este le respondió, con una voz grave, “Octavio como el Golpe de estado salga adelante tu, y toda esta gente vais a tener problema así que lo mejor que podéis hacer es salir corriendo”, creo recordar que Octavio aviso a sus compañeros todos perteneciente al partido Comunista y se escondieron en el campo hasta el día siguiente que el golpe de estado fracaso.
Desgraciadamente Octavio falleció en accidente de circulación de Julio del año 1997, y un servidor con los estudios acabado en agosto de 1997 se marcha a realizar el servicio militar al Cerro Muriano (Córdoba), en el 98 paso al ejército profesional hasta el año 2002 que doy el salto a la Guardia Civil.
En septiembre del 2003 llego destinado de prácticas a un pequeño pueblo de la sierra de Huelva muy conocido Jabugo, y ya a finales de mayo de 2004 me manda de comisión de servicio a la Romería del Rocío, donde me meten en grupo que lo componen 12 Guardias Civiles al mando de un Subteniente.
Al segundo día de comisión en la aldea del Rocío y al enterarse el subteniente que íbamos dos eventuales en el grupo da la orden de que los eventuales teníamos que ir siempre con él, y no actuar sin su permiso.
Esa misma mañana estado estacionando bajo un gran pino, el hombre empezó a interesarse por nosotros y comenzó a preguntarnos de donde éramos, al decirle que yo era de Nerva, el hombre se sonrío y comenzó a hacerme muchas preguntas del pueblo, me contó que su primer destino de cabo fue en Nerva, que la casa cuartel era tal y tal y que él había dejado grandes amigos en el pueblo.
En ese preciso momento me pregunto por algunos delincuentes de la época, los cuales ya habían fallecidos o yo no llegue a conocer por ser demasiado joven en ese tiempo.
Me pregunto por Octavio, y le dije que él había fallecido en un accidente de circulación hace unos años, en ese momento el subteniente puso una cara de tristeza y me contó una historia,
Aunque Octavio era muy de izquierda, cuando llegue destinado a Nerva con mi esposa y mis tres hijos el pabellón que me adjudicaron no tenía las condiciones de habitabilidad deseada, fue por lo que tuve que ir al Ayuntamiento a ver si podían mandarme alguien de mantenimiento para reparar algunas cosillas, entre unos y otros se fueron pasando la pelota hasta que Octavio vio mi desesperación y me dijo que no me preocupase que el mandaría a gente del ayuntamiento, al lunes siguientes mandaron a cuatros empleados y se le dio al pabellón un cambio.
Decía el Subteniente que desde ese día sentía como una deuda con Octavio, que la noche del 23F, en un círculo de gente de derecha que había en el pueblo se pusieron encima de la mesa ciertos nombres, que caso de salir el golpe hacia delante tendrían problema y uno de esos nombres era el de Octavio,
Esa misma noche aprovechando una ronda por el pueblo sin pensárselo dos veces fue a casa de Octavio y le aviso de lo que podía suceder si el golpe de estado salía hacia delante, aquí acabo esta historia finalizando con es una pena era un buen hombre, yo no daba crédito a lo que estaba contando el subteniente, mis pelos estaban todos de punta yo conocía esa historia, y al escucharla sentí emoción y tristeza,
Un servidor termina sus años de práctica y pasa destinado a un pueblecito de Navarra, volviendo destinado a la provincia de Huelva a los años, es entonces cuando en uno de esos permisos en casa de mis padres, llaman a la puerta de su casa y era Pablo el que cobraba la sociedad del pueblo, lo saludo y llamo a mi madre.
Mi madre que es hija de Guardia Civil, criada en una casa cuartel hasta que prácticamente mi abuelo paso a la reserva, me llama y me dice, tu sabías que Pablo también ha sido Guardia Civil, a lo que le respondí que no, que no tenía ni idea, que lo conocía del pueblo y de cobrar la sociedad, pero que no sabía que había sido Guardia Civil.
Es en otra ocasión cuando me encuentro con Pablo en el paseo del pueblo y empezamos hablar de sus años como Guardia Civil, en lo que me habla de la dureza de antes y de los servicios, en ese momento recuerdo al subteniente y le pregunte por el, que había coincidido con el rocío y que me había comentado esta historia de Octavio, fue entonces cuando Pablo se sonrío y me dijo es historia es cierta muy cierta, porque esa noche era yo el que acompañaba al Cabo.
Cabo 1º Antonio Vázquez.