Tres hombres de honor han sido sacrificados, en teoría, por una reestructuración de los equipos, y en la práctica, ¿por cumplir con su deber?
A esta Asociación Profesional de Cabos (APC-GC) no le corresponde poner en duda lo que “oficialmente” se dice para apartar a tres de los mejores guardias civiles de sus puestos que hasta el día de la fecha tan digna y profesionalmente han ejercido a ojos de sus inmediatos subordinados; pero ¿y si el movimiento de cargos en los órganos centrales –como es la DAO y el mando de operaciones- es para justificar el cese de un cargo en un órgano periférico (que no tiene absolutamente nada que ver con los órganos centrales) por cumplir con su deber? ¿Por qué la “reestructuración” de los órganos periféricos son realizados por el mismísimo Ministro del Interior en lugar por la Directora General que, en teoría, es a quien le corresponde?
No podemos (ni debemos) entrar en elucubraciones que pueden exceder de las funciones que tienen asignadas esta asociación profesional, pero ante estos movimientos “sospechosos” de estar ante posibles purgas ¿no podría entenderse como un intento de domesticación de los mandos más díscolos y neutrales para buscar la obediencia ciega?
La Asociación Profesional de Cabos (APC-GC) solicita al Ministerio de Interior que cese de forma inmediata la reestructuración de los órganos centrales del Cuerpo (y de los periféricos –si es que se quiere cesar a otro Jefe de Comandancia-) en estos momentos en los que está en entre dicho los motivos de esa formación de nuevos equipos.
La Guardia Civil, los guardias civiles, no quieren abrir informativos ni periódicos sino es para anunciar la desarticulación de un comando yihadista, la detención de los miembros de un cártel de la droga, un servicio humanitario en la montaña o la detención de un conductor suicida.
¡Nos da vergüenza vernos en los medios de esta miserable forma! Exigimos seriedad y respeto.
La Guardia Civil no es suya, Sr. Sánchez, Sr. Marlaska, Sra. Gámez, ni siquiera es nuestra, de los que tenemos el inmenso orgullo y honor de formar entre sus filas y vestir su honroso uniforme, la Guardia Civil es de todos los españoles, de aquellos que nos precedieron y, sobre todo, de aquellos que, por llevar al último extremo su juramento de servicio a los ciudadanos y amor a España, ya no están entre nosotros. Si no nos respetan a nosotros por lo menos respétenlos a ellos.
“Las palabras conmueven, los ejemplos arrastran”, y la Asociación Profesional de Cabos (APC-GC) dice que los ejemplos de nuestros Tenientes Generales Ceña y Santafé y de nuestro Coronel De los Cobos nos arrastran. Son el espejo donde nos miraremos cuando la tentación que siempre existe intentar manchar el honor.
Y “alguien” puestos a humillar lo sabe hacer bien: ¿O no es humillar al Teniente General Santafé “quitarle” de su actual destino como número tres de la Guardia Civil (y llamado a ser el número dos sólo por debajo del Director o Directora General) y mandarle a las apacibles riberas del Tajo a su paso por Aranjuez en el Centro Universitario de la Guardia Civil. Y, como ahora mismo la Guardia Civil parece una nave sin capitán, mientras humillan a un hombre de honor se olvidan de publicar vacantes (durante un año) para los empleos de Cabo, menospreciando e insultando con tal acto a 7.000 hombres y mujeres y sus familias. Suma y sigue.
Y para más inri, hacen público el pago del tercer tramo (que se tenía comprometido con el PP y con el PSOE cuando llegó al Gobierno) en el peor momento. ¡Qué sensación más nefasta hacer coincidir el cese y la dimisión de un Coronel y un General en “extrañas circunstancias” con el pago que nos es debido como parte (y sólo como parte –no lo olvide ningún partido político-) de la completa y total equiparación salarial!
¿Se puede hacer peor? Llegados aquí y visto lo visto hagan lo que estimen conveniente, pero no olviden que nosotros seguiremos como nos enseñaron nuestros padres y los padres de nuestros padres: “con paso corto, vista larga y mala intención”. ¡Viva honrada la Guardia Civil!
Miércoles, 27 de mayo de 2020